Normas más sencillas y más ayudas a los agricultores

Los cambios se centran principalmente en simplificar las obligaciones que deben cumplir los agricultores para poder optar a las ayudas de la UE. Una de las medidas clave es el principio de "un control al año": los agricultores ya no tendrán que someterse a controles repetidos en un año, lo que debería reducir considerablemente la carga administrativa.

También se refuerzan las ayudas a las pequeñas explotaciones. Podrán beneficiarse de hasta 3.000 euros anuales en ayudas directas, además de una subvención única para el desarrollo empresarial de hasta 75.000 euros. El objetivo es ayudar a los pequeños agricultores a seguir siendo económicamente viables, especialmente en un momento de aumento de los costes.

Las normas medioambientales también se ven afectadas. Las tierras agrícolas registradas como cultivables a principios de 2026 conservarán este estatus aunque no se vuelvan a arar cada año. Con ello se pretende proteger la biodiversidad y ahorrar costes y mano de obra a los agricultores.

Además, se considerará automáticamente que los agricultores dedicados a la agricultura ecológica cumplen los requisitos de buenas condiciones agrarias y medioambientales de la tierra. No obstante, los Estados miembros pueden limitar esta exención si los controles supusieran una carga administrativa demasiado pesada.

Los cambios aprobados esperan ahora la confirmación formal de los Estados miembros. Una vez en vigor, pretenden aportar normas más prácticas que reflejen mejor la realidad del trabajo diario de los agricultores europeos.