Moción de censura contra la Comisión Europea

El intento de destituir a la Comisión dirigida por Ursula von der Leyen chocó contra un muro: sólo 175 eurodiputados de 720 votaron a favor de la moción, muy por debajo de la mayoría de dos tercios requerida. Según la mayoría de los eurodiputados, no era una propuesta creíble, aunque las críticas a la propia Comisión siguen sobre la mesa.

La propuesta se basaba en una serie de acusaciones: los eurodiputados señalaron en particular el escándalo en torno a la compra de vacunas covídicas. La Comisión se ha negado durante mucho tiempo a hacer públicos los mensajes de texto intercambiados entre la Presidenta von der Leyen y el jefe de Pfizer en 2021. El Tribunal de Justicia Europeo dictaminó a principios de este año que la Comisión no había actuado legalmente al mantener en secreto los mensajes.

Los críticos también han señalado que más de 4.000 millones de euros de los 35.000 millones que la UE ha destinado a la compra de vacunas no se han utilizado. Por ello cuestionan la supervisión financiera de la Comisión y advierten de un posible despilfarro de fondos públicos.

Otro punto polémico fue la propuesta de un fondo de defensa de 150.000 millones de euros (SAFE), que la Comisión propuso utilizando el artículo de emergencia de la legislación de la UE.

Por último, la acusación más grave fue la supuesta injerencia de la Comisión en las elecciones de Rumanía y Alemania a través de la nueva Ley de Servicios Digitales. Según los denunciantes, la ley se utilizó indebidamente para restringir la campaña electoral e interferir en los resultados, excediendo así las competencias de la Comisión.

Aunque es evidente que la moción de censura no prosperó, el debate en el Parlamento demostró que la cuestión de la transparencia y la confianza en las instituciones europeas sigue siendo un tema delicado.